Conoce al GLUCÓGENO

Los carbohidratos son indispensables en la dieta de un deportista, especialmente aquellos deportistas que realizan deportes de larga duración como carrera de larga distancia, ciclismo y triatlón. La principal función de los carbohidratos es proveer energía mientras que el cuerpo humano se encuentre activo. Su consumo estimula el almacenamiento de glucógeno y la utilización de glucosa como combustible

El glucógeno es la forma en la que se almacenan los carbohidratos en los músculos y en el hígado, esta reserva es limitada y puede ir aumentando con el adecuado entrenamiento y alimentación. El hígado tiene la capacidad de almacenar 75 a 100 gr de glucógeno, durante 1 hr de ejercicio aeróbico se utiliza más de la mitad de la reserva de glucógeno del hígado. Mientras que los músculos pueden almacenar de 300 a 400 gr. Esta cantidad de glucógeno es la que en promedio una persona utiliza al correr una carrera de 30 km (pared).

El hígado proporciona glucógeno a diferentes órganos, sistema nervioso central y cerebro para utilizarse como energía o combustible. El depósito en hígado se puede agotar en 2 horas de ejercicio intenso y continuo o en 15 horas de ayuno por lo que no se recomienda realizar ejercicio por la mañana sin haber comido carbohidratos antes. A medida que un atleta va entrenando más y tiene una adecuada alimentación, la capacidad para almacenar glucógeno va aumentando. Cuando el depósito de glucógeno en hígado es bajo pueden manifestarse diferentes síntomas tales como el mareo, la debilidad, la vista borrosa, la fatiga, etc. Debido a que los depósitos de glucógeno son limitados, el cuerpo humano puede producir glucosa a partir de proteínas (gluconeogénesis) lo cual ocurre cuando se llevan a cabo dietas con bajo contenido de carbohidratos o en periodos de ayuno.

Durante el ejercicio de baja intensidad las grasas son una fuente de energía importante, mientras la intensidad vaya aumentando, la utilización de glucógeno va aumentando. A una intensidad máxima o submáxima los carbohidratos se utilizan casi exclusivamente como fuente de energía, al igual durante ejercicios anaeróbicos de corta duración como clavados, carrera de 100 mts, salto de altura o de longitud o durante ejercicio aeróbico de muy larga duración como maratón, triatlón, ciclismo.